¿En alguna ocasión has ido a abrir tu coche con el mando a distancia y no
abría? Vale, puede que te hubieses quedado sin pilas, pero también te pudo
pasar porque te encontrabas cerca de una comisaría, cuartel u otros lugares
especialmente protegidos. Quizás en ese momento no te diste cuenta de por qué
te podía ocurrir eso, pero la respuesta es bien sencilla: inhibidor de
frecuencias.
Los inhibidores de frecuencia son aparatos que van desde el tamaño de una
petaca al de una maleta con un propósito bien sencillo: interrumpir las
comunicaciones. Y a día de hoy conseguir uno de estos aparatos no es demasiado
complicado, pero otra cosa es la legalidad de su uso. Conozcamos en profundidad
cómo funcionan y por qué están prohibido usarlos.
¿Qué es y cómo funciona un inhibidor?
Los inhibidores de frecuencia tienen un objetivo muy claro y sencillo:
impedir comunicaciones en ciertas frecuencias. Pero como no es sencillo
bloquear un aparato para que no se pueda comunicar con otro, la solución para
impedir ese transito de información es muy sencillo y similar a un ataque DDoS:
introducir en la frecuencia indicada ruido, información inútil que sature la
banda, impidiendo que la información verdadera no llegue.
Los inhibidores pueden ser usados para interferir distintos tipos de
comunicaciones o dispositivos, desde redes móviles, radares de velocidad,
bluetooth, GPS, infrarrojos... Pero a pesar de su variedad de uso, todos los
inhibidores son realmente sencillos. Se basan en un circuito que cuenta con un
oscilador que genera la señal, un generador de ruido, una etapa de ganancia
para dar suficiente potencia a la señal y finalmente una o varias antenas que
transmiten lo generado por la placa.
Circuito de un inhibidor de frecuencias (ejemplo)
Y como comentábamos inicialmente, inhibidores los hay de todas los tamaños.
Desde poco más que un móvil a tan grandes como una maleta de mano, siempre
dependiendo de las frecuencias que se quieran barrer (los hay para una sola o
para varias) y del alcance (desde algunos metros hasta más de un kilómetro. Y
por supuesto, si alguien se pregunta el origen o inicios de estos aparatos, nos
tendríamos que remontar a una guerra, concretamente la Segunda Guerra Mundial,
donde ambos bandos usaron inhibidores para interferir las comunicaciones del
enemigo.
¿Por qué se prohibieron o restringió su uso?
Con los inhibidores de frecuencia ha ocurrido como con otros muchos
avances, los tecnológicos incluidos: siempre hay quien le da un uso no debido.
Los inhibidores de frecuencias pueden tener usos tan legítimos como proteger
edificios concretos, impidiendo la activación remota de explosivos por ejemplo,
pero son muchos los casos en los que su uso puede ser indebido, aunque quien
emplee el inhibidor no sea consciente de ello.
El caso de las universidades
El uso de inhibidores se popularizó por ejemplo hace unos años en varias
universidades españolas (Oviedo, Sevilla, Zaragoza o Valencia son algunos
ejemplos). ¿Para qué? Como la tecnología se estaba usando a favor de los
estudiantes que prefieren no tocar un libro, mediante el uso de pinganillos
conectados con una persona en el exterior que facilitaba las respuestas de
exámenes, fueron varios los profesores o facultades que tiraron por la calle
del medio, usando inhibidores de frecuencia que impidiesen la comunicación con
el exterior.
VARIAS FACULTADES USARON INHIBIDORES
PARA EVITAR LA
COMUNICACIÓN CON EL EXTERIOR DURANTE
EXÁMENES
Existen varios problemas en estos casos: el primero es que el radio de
acción de los inhibidores no es controlable, más allá de la potencia que
determina los metros a los que pueden afectar, por lo que podría estar
perjudicando a usuarios que no estuviesen presentes en el aula del examen. Por
otro lado, inhibir todas las frecuencias que pueden usarse en un móvil no es
una tarea sencilla, ya que pueden incluso variar según el operador de cada
móvil, o incluso también se podría usar una red WiFi o bluetooth para la
comunicación.
Alarmas comunicadas por red móvil
Otro uso más que indebido que se le ha dado a los inhibidores de frecuencia
es para los robos en domicilios u otro lugares. Las alarmas que se conectan por
red móvil se han popularizado en los últimos tiempos, ya que son más fáciles de
instalar y más económicas. El problema en este caso es que los ladrones podrían
acudir al lugar a ser robado con un inhibidor (generalmente las alarmas usan la
banda de los 900 MHz) para que la alarma no pueda comunicarse con la central.
Afortunadamente, las empresas de alarmas ya son conscientes de que usar la
red móvil convencional es susceptible de ser interferida por inhibidores de
frecuencias (que como veremos a continuación se pueden conseguir fácilmente por
Internet). Por ello lo primero que recomiendan es o bien instalar una alarma
que se comunique por red fija, susceptible obviamente a cortes de cable, o usar
redes como la de Sigfox, que gracias al empleo de una frecuencia ultra estrecha
es prácticamente imposible de ser inhibida.
Lo que dice la ley sobre su uso
Visto estos usos no tan amistosos de los inhibidores de frecuencia (y los
que no hemos mencionado) las autoridades tuvieron que tomar partido sobre el
uso de estos dispositivos. Un informe de la Unidad Central de Seguridad Privada
del Ministerio de Interior deja claro si podemos usar inhibidores:
Los dispositivos inhibidores de frecuencia sólo pueden ser usados por las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Administraciones Públicas autorizadas, por lo
que, en la actualidad, todos aquellos que se estén utilizando fuera de esta
excepción, y sin la autorización expresa de la Secretaría de Estado de
Telecomunicaciones, se encuentran al margen de la legislación vigente, pudiendo
aplicarse, en consecuencia, previa denuncia, el correspondiente régimen
sancionador por parte del organismo competente.
Con las anteriores palabras queda muy claro que solo las fuerzas de
seguridad del Estado pueden hacer uso de los inhibidores y de hecho las
sanciones a las que nos exponemos en caso de no hacer caso a esas palabras,
recogidas en la Ley General de Telecomunicaciones, van desde los 500.000 euros
en el caso de que se considere una infracción grave y incluso hasta los 20
millones de euros en el caso de que se declarase como una infracción muy grave.
EN ESPAÑA LAS SANCIONES POR USAR UN INHIBIDOR VAN DESDE 500.000 EUROS HASTA
20 MILLONES
Y España no es el único caso de país que prohibe su uso, ya que nuestra ley
solo traslada una directiva europea, aunque por ejemplo, Estados Unidos también
prohibió en su día su uso. Aun así, se sabe de casos de países que a lo largo
del tiempo han usado los inhibidores no solo para protegerse, también los han
usado para impedir las comunicaciones por radio desde el exterior. En la
Wikipedia podéis explorar más de un caso.
¿Y su venta?
No hace falta ser un gurú de Internet para acceder a tiendas online, sin
tenernos que ir a páginas de chinas, donde podemos encontrar inhibidores de
todos los tipos y precios, pero si su uso está más que prohibido, ¿se pueden
vender? Ya sabemos que para algunas cosas las leyes en la red quedan bastante
difuminadas, pero a pesar de ello el Ministerio de Industria lo deja muy claro
en su página web:
Los inhibidores de frecuencia, inhibidores de telefonía móvil, inhibidores
de comunicaciones y todo tipo de inhibidores que interfieren, dificultan o
entorpecen las comunicaciones, no pueden ser importados, puestos a la venta,
llevar el marcado CE, ni pueden ser utilizados en todo el territorio español,
salvo las excepciones que se señalan en la propia Directiva.
A pesar de ello, comprar un inhibidor por Internet es una tarea bien
sencilla, solo hace falta el dinero. En la primera tienda que hemos encontrado
con una búsqueda muy sencilla incluso tienen una sección en la que
supuestamente responder a la pregunta sobre la legalidad del uso de los
inhibidores. Atención al texto, que no tiene desperdicio alguno:
El uso de estos dispositivos con el fin de evitar actividades ilícitas es
totalmente legal. En los lugares donde el uso de sistemas de telefonía está
restringido o no es necesario, es posible instalar este tipo de dispositivos,
permitiendo que los usuarios de ese espacio sean conscientes que en un momento
dado, sus dispositivos (teléfonos móviles, sistemas de comunicación,…) no van a
estar operativos durante el tiempo que dure el evento. Es el caso de exámenes y
pruebas de la universidad, teatros (durante la representación), iglesias
(durante la omilía), auditorios ( durante el espectáculo), ayuntamientos,
fuerzas gubernamentales o personal de alto riesgo.
En este tipo de eventos, no está permitido el uso de teléfonos móviles ya
que interceden en las comunicaciones y en los sistemas de sonido.
Además, concretamente en el caso de los exámenes se ha extendido el uso de
chuletas electrónicas o pinganillos, mediante los cuales algunos alumnos copian
en los exámenes, recibiendo la información y las respuestas por un comunicador
diminuto que se encuentra en el oido.
Para evitar que cualquier tipo de comunicación se realice en el interior
del aula, se tiene que obligar a todos los alumnos a apagar el teléfono, pero
aquellos que estén dispuestos a copiar, sólo se detendrán mediante el uso de
inhibidores de frecuencias.
Si el rango de acción de los inhibidores está controlado, sólo las zonas
adecuadas quedarán fuera de cobertura.
Nosotros defendemos el derecho que tiene cualquier persona de aislar una
zona de su propiedad y evitar radiofrecuencias en su zona si no se interfiere
en la señal que otros quieran recibir. Así, si en su casa decidiera no tener ni
cobertura móvil ni GPS, WiFi ni de ningún tipo ¿Por qué no instalar un
inhibidor? Usted es libre de decidir qué ondas pasan por su espacio, ya que
cada persona tiene libertad para decidir qué pasa por sus propiedades. En [web
omitida].com entendemos la inhibición como si fuera el hilo musical de su casa.
Éste puede estar a un volumen razonable, lo suficientemente bajo para que no
moleste a su vecino.
Nuestro eslogan: “Donde acaba la
libertad de uno, comienza la de otro.”
Evidentemente, la mencionada tienda vive de vender inhibidores, pero
claramente están ocultando el hecho de que el uso de inhibidores es totalmente
ilegal, incluidos los usos legítimos que mencionan. Por mucho que defiendan el
derecho de aislar una propiedad privada de ondas, controlar al 100% hasta dónde
llega el efecto de un inhibidor es imposible, por lo que pueda afectar más allá
del área deseada. Además la ley es muy clara, su uso, importación y venta es
ilegal.
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